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Priego, "cuna del mimbre alcarreño"

De origen prerromano, esta es una villa cargada de historia y de majestuosidad que se asoma a los paisajes occidentales de las alcarrias, en la que los olivos, las vegas y los rojos mimbres durante el invierno, le dan un variado colorido a los campos.


La monumentalidad de esta localidad de la Alcarria Conquense no pasará desapercibida para el visitante.

Los vestigios arquitectónicos que encontramos en Priego se remontan al medievo, siendo el Torreón de Despeñaperros parte de la antigua fortaleza árabe que, localizado en una peña se asoma a un recodo del río, manteniéndose altivo e inexpugnable.


En Priego pervive una conocida tradición artesana: la alfarería. Son varios los maestros que, con una sabiduría heredada de sus antepasados, elaboran bellas piezas en las que los diseños ancestrales de la cerámica íbera y el esmaltado transmitido por los árabes, le dan a la alfarería de Priego una gran belleza y originalidad
Priego es una de las poblaciones alcarreñas más atractivas de la Provincia de Cuenca.

Se encuentra en el norte, muy cerca ya del límite provincial con Guadalajara. Geográficamente, Priego está a caballo entre dos importantes comarcas: la Alcarria Conquense y la Serranía de Cuenca.
El paisaje abrupto que rodea a Priego y que tiene en El Estrecho (hoz formada por el río Escabas) su mejor exponente, es uno de los alicientes de la visita a Priego. El otro, como veremos, es su rico conjunto monumental.
En Priego hay que realizar la visita con tranquilidad pues sus calles está llenas de encantadores rincones con arcos antiguos, placitas, palacios y casas blasonadas.


Además, hay una serie de lugares y monumentos importantes y señalados como son la Plaza Mayor, el Ayuntamiento, el Torreón de Despeñaperros y la iglesia parroquial de San Nicolás de Bari. A las afueras hay que visitar las imponentes ruinas del Convento de San Miguel de las Victorias y del Rosal. (Arturo Culmay denomina a este convento con el nombre de San Miguel de las Victoria - en singular- , dado que su construcción conmemora la Victoria de Lepanto, y además recomienda más información leyendo su libro en internet).

El Ayuntamiento es el antiguo Palacio de los Condes de Priego, de pleno siglo XVI. Es el clásico palacio del Renacimiento de estructura horizontal, con decoración sobria y elegante. Destacan sus ventanas con arcos escarzanos o de medio punto, al igual que sus frontones curvos clasicistas.


El Torreón de Despeñaperros se yergue junto al profundo barranco al que se asoma Priego. Es el único resto de la vieja fortaleza árabe.

Su forma es prismática y se encuentra desmochado.
La Iglesia Parroquial está dedicada a San Nicolás de Bari. Es un gran edificio de estructura tardogótica propia de comienzos del siglo XVI.

Lo más destacable de su arquitectura son los enormes pilares cilíndricos del interior, a modo de columnas que soportan los nervios de las bóvedas de crucería compleja.

La torre de la iglesia de San Nicolás de Bari, de tres cuerpos, es ya plenamente renacentista como se aprecia en almohadillado de los sillares y en los vanos bíforos de medio punto de sus troneras.
También citamos la Casa Pareja que alberga el Museo Etnográfico de Artes Populares.
En las cercanías de Priego además del Convento del Desierto o de San Miguel de las Victorias (siglo XVII), el monumento más interesante que se puede visitar en las afueras de Priego son las ruinas del Convento del Rosal.


Se trata de un convento de concepcionistas fundado por Diego Hurtado de Mendoza. Queda la mole de la iglesia gótica, de una sola y amplia nave terminada en cabecera poligonal, aunque con las bóvedas estrelladas originales ya derruidas.

Los nervios de éstas partían de columnas y ménsulas adosadas a los muros.
También permanecen en pie tres pandas del claustro, con sencillas arquerías de medio punto que hacen un todo continuo con los pilares que sirven de soporte.

Para saborear Priego sólo necesitas pasearlo. Uno de sus habitantes tiene publicado un comentario al respecto que mezcla el estío, con el atardecer, los montes y su cielo, combinando su naturaleza entre el suelo y el cielo.

Por tanto podrás ver y sentir en Priego el estío castellano, el atardecer de su serranía. Moverán tu sonrisa el saludo de sus montes, su río se reirá contigo serpenteando todos los rincones, sus hoces cortaran tu aliento, su color de tierra y de cielo te envolverá en el mismo paraíso.….

Y además puedes llenarte el estómago con las famosas parpantas, morteruelo en Los Claveles, comprar pan en la tahona, probar el escabeche y el jamón recién abierto en el bazar de Pablito. Además la cerámica está presente en este lugar desde siempre.

Tenemos un amigo que visitamos siempre nosotros frente a la gasolinera y que ahora su hija es la que diseña y moldea esos vasos y cuencos de siempre junto con las muestras de los cesteros del entorno cosidos con los mimbres de estas tierras.


Priego merece la pena una y mil visitas…. y luego seguir río Escaba arriba…. Para deslumbrarte con la naturaleza de esta alcarria conqueña, camino del señorío de Molina..

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Le felicito por su blog. Soy un alfero de Priego, tengo la alfarería, entrando a Priego por el estrecho. Un saludo.

Anónimo dijo...

Un ruego, ayúdenme a desdedir el nombre popular con el que se conoce a este convento, San Miguel de las Victorias, cuando su verdadero nombre es el de San Miguel de la Victoria, ya que se erigió en conmemoración de una sóla victoria, la de Lepanto, como así queda reflejado en la pag. 101, del libro "Puerta del Cielo" (Arturo Culebras Mayordomo, 2005) donde se dice: " Y debo advertir que su primer título fue siendo esta ermita San Miguel de la Misericordia, y cuando entró nuestra Comunidad se llamó San Miguel de la Victoria, por la celebre que consiguió nuestro fundador el Sr. Conde de Priego Don Fernando en la batalla de Lepanto contra el turco, y en cumplimiento de su voto se puso el dicho título de San Miguel de la Victoria...." así lo recoge en el Libro de Guardianes Fray Francisco de Albalate.

Gracias por su blog.

Mi agradecimiento por su inestimable comprensión, y ayuda.
Arturo Culebras

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