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Julie Sopetrán


EN HITA HOY ES OTOÑO Y SE OYE EL MAR



No sé si te he contado que cuando subo al cerro
me bullen las palabras
cual si fueran colores,
se desatan gavillas encendidas
por la luz del paisaje
y no sé adonde voy
con esta fuerza dada en la memoria
que llega al corazón
y se desborda en verso como soplo divino
caído sobre piel de violeta;

voz o néctar del alma,
prosodia de los dioses que se esconden
que gritan sus ardores
y pronuncian sus cantos
en este cuerpecillo de poeta.




Buceando en la red, encontré más obras de Julie Sopetrán con referencias a la Alcarria.... y además descubrí que realmente "Julie Sopetrán" es el seudónimo literario de Julita González Barba, poetisa guadalajareña muy popular y es oriunda de Hita. Fruto de su libro De Fontanar a Copernal cruzando el Henares son numerosas referencias al río al que hace alusión en el propio título, como ocurre en la poesía Prelusión:





Como una vieja barra de bar
es el Henares, en este tramo de pueblos
a los que quiero y canto.






O en Fontanar:





Y cruzan las miradas
por el cristal de luna,
por las tierras mojadas
que el Henares acuna.

(...)

Camino las riberas
del río, y allá enfrente,
los cerros y las ceras
me suspiran la fuente...





Tórtola de Henares también recuerda al río que comparte nombre con esta población:





O es tal vez un reclamo
de palabra escondida
en la sed de los surcos,
un vivo tono alegre
alejado del río
que se oye en los barbechos
del esclavo silencio.

(...)

Timidez revolada
de exóticas parejas.
Tranquilidad de llano
que el Henares contempla
con el sol estepario...






En Yunquera de Henares, curiosamente, el río no es nombrado por su nombre salvo en el título:





Junquera silenciosa
rica, feliz, riente,
con tus verdes te arraigas
a la queja del río
que me sonríe al aire.





Por el contrario, en Heras de Ayuso es protagonista destacado:





Muy cerca del Henares
el Badiel despereza sus párpados
y abre los ojos para mirar las calles
de las Heras de Ayuso.

(...)

Esos ojos del río y del alma
tan metidos
que contemplan el paso de los seres
que habitan estas casas
de Ayuso en soledad...

(...)

Se respiran los aires de las Heras
y se ve ir todo el polvo
hacia el Henares.
¡Cuántas cosechas yendo!

(...)

Ella que recoge el suspiro
del Henares y en el milagro de habitar
sonríe su flor
que hace a Castilla misteriosa...

(...)

para ver con los ojos del río
que no hay viento que corte las raíces
ni sangre que no imprima
en la materia, su belleza.






Volveremos a encontrarlo en Malaguilla:






No, no llega el Henares a tus huertos
pero sigues valiente laborando.





En Cañizar:






Todo se ve bajando quedamente,
la vega del Henares,
ese cerro saliente,
espacios y lugares
que me muestran el alma de la gente.

(...)

Resuena en tus baldíos la campana
un sonido estelar de alma que vuela
la tierra castellana,
el río, que revela
el alma y se desgrana
de la llama bebiendo su candela.






En Humanes de Mohernando:






El paisaje de Humanes tan sereno
que en sus tardes de otoño puede oírse
el suspiro del Sorbe y del Henares.

(...)

Van diciendo que somos la campiña
soñadores de esa agua caudalosa
que no lleva el Henares para todos.






En Cerezo de Mohernando:






Siempre esperando el agua de esos ríos
que abrazan con sus piedras los rumores.
Sorbe y Henares escribiendo historia
y la tierra tan seca, meditando.





Y, por último, en Alarilla:






El Henares dice coplas
sus piedras son castañuelas
que le cantan al silencio
en las mañanitas frescas.

(...)

No le gusta a la cigüeña
el Este del río Henares,
ella habita el occidente
donde es más bella la tarde.

(...)

Que el Henares dice coplas
y Alarilla las escucha,
para que duerman las sombras
los búhos y las lechuzas.

Si tú no quieres cantar
bien por miedo o por vergüenza,
recorriendo el río Henares
cantarás aunque no quieras.

(...)

Ave, Río, Amor que vuela
y un ramo de soledades,
despereza los remansos
donde suspira el Henares.





También de Julie Sopetrán es la poesía El río, publicada en el bisemanario Nueva Alcarria, que reproduzco íntegro por razones obvias:






Si ocre, apacible bajo
el puente de Alarilla.
Henar del Arcipreste.
Tomado en manos, claro,
si a pie, alborozo y juego.
Playas de pan y vino,
alamedas de beso,
lances de anzuelo y cañas,
la plata de tus peces
corre con las estrellas.
Este que más amaba
tus agostos, que nunca
quiso olvidar, que lleva
la fragancia incurable
de las enaguas mozas
colgadas de los árboles
a tu orilla, ritual
te devuelve su cuerpo,
más hombres, compartido.
Porque en el río como
en el corazón, cuántos
su manto nupcial ponen
como en olor un sueño.
Henar de serranillas.





Compañera suya es La arboleda, de la que reproduzco dos versos:





Ocre, el Henares. Pasa.
Por el puente, automóviles





Antigua, sin duda, ha de ser la copla que cantaban en la población de Valdepeñas de la Sierra, publicada en 1993:




Valdepeñas en la Sierra,
El Cubillo en la Campiña,
Humanes junto al Henares
y en la Alcarria está Tendilla.

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