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mediados del siglo XX






Las constumbres del día a día, en Budia estaban acordes a los oficios que en la zona se tenían desde antaño.

Como podreis comprobar a mediados del siglo pasado, cuando yo nací en Budia, las calles estaban sin asfaltar ni cementar... solían tener piedras mal puestas, que tanto los chavales como las bestias se escurrían cada dos por tres por ellas.

Todavía recuerdo al burro de mi abuelo, que no por ese quiero decir que mi abuelo fuera un burro, sino que tenía un burro apellidado "lucero" que sus cascos hacían un ruido especial cuando ivan por esas calles, raspando de vez en cuando un poco más que el simple "clas""clas"... de su paso normal.

También era muy normal que a lo largo del año, en las mismas fechas, se hicieran las mismas cosas, desde tiempos y tiempos pasados.

De hecho parecía que el tiempo no había pasado desde la edad media. Casi podías ver a D.Rodrigo Diaz de Vivar al volver cualquier esquina, montado en su caballo con su vasallo andando delante tirando de las bridas.



En esta fotografía se ve claramente como estaban las calles empedradas dejando caída hacia el medio para que escurriera el agua y no entrara en las casas.



Es la calle del Bronce. En esta calle tenía la abuela de mi padre una casa, en la que vivieron mis padres y allí nació mi hermana Elvira.



En el número 1 vive Antonio Bermejo, primo carnal de mi padre y en el 3 es donde nació mi heremana.



En esta casa también vivió mi tía María y la ocupamos durante las fiestas algunos años. Me acuerdo que bajaban las cabras y ovejas por esta calle hacia sus tinadas hacia el puente de la umbría, dejando lleno de "bolitas negras" toda la calle. !como cagaban! lo dejaban todo perdido.




No solo los animales... me acuerdo que mi madre me contaba que era normal ver que alguien salía al balcón por las mañanas y decía .... !allá vá! (para que se retirara la gente) y vaciaba el orinal en la mitad de la calle.




Además las gallinas aprovechaban todo lo que encontraban (eran el cuerpo de barrenderos de aquellos tiempos).





De hecho en los corrales (quien tenía corral) se hacían las necesidades en un hueco y las gallinas a veces hacían buena cuenta de los desperdicios. No se tiraba nada. Todo servía. Reciclaje 100%.

Mi padre me contaba que había personas que se dedicaban a recoger la mierda de las caballerías y del ganado para abonar los huertos... e inclusive se acordaba con el pastor para que dejara dormir a sus ovejas en la finca donde se fuera a sembrar en la próxima cosecha para tener abono natural en la misma finca.



De hecho seguro que sentados en las escamaras de la plaza llegaban a acuerdos de este tipo, así como contrataban a algunos para las tareas del día siguiente, mientras tomaban el fresco de la noche, bebiendo un cuartillo de vino o jugando una partida al mus. (Eso del mus viene de muy atrás en mi pueblo).

Hoy en día se sigue haciendo igual y en el mismo sitio.

Podeis verlo todos los fines de semana.


Era muy normal en cuanto hacía buen tiempo y en verano por las noches, salir a la puerta de las casas con una silla de nea y estar cosiendo, charlando o mirando quien pasaba.

Era la televisión de entonces. Tomar un trago con los amigos, salir a la puerta de tu casa y ver el siguiente capítulo de tu vida... Las series televisivas tenían un realismo brutal. Era la vida misma.

Había huevos de madera para remendar los calcetines. Las mujeres llevaban las medias con mas remiendos que no se sabía de que color eran.

Todas las mujeres llevaban mandiles para evitar destrozar los pocos vestidos que tuvieran.

Eso se llama conservacionismo y naturaleza.... . Lo malo era el olor y las moscas.



La matanza era otra constumbre muy curiosa y que todos estaban esperando a que llegara. El cerdo ha sido el que nos ha criado a todos.

No había una casa sin que hubiera un cerdo (aparte de algún dueño del cerdo que podría ser mas cerdo que el propio cerdo - de todo habría).
.

Todo el mundo participaba. Unos hacían el fuego, otros raspaban la piel para dejarlo sin pelos con agua hirviendo, otros recogían la sangre mientras de desangraba del cuchillazo en el pescuezo, otros hervían la sangre, otros preparaban las tripas para rellenar los embutidos, otros cortaban en trozos al animal separando la grasa para hacer pancetas de las costillas y los jamones, otros guisaban la lengua, otros con el hocico y las orejas hacian unos buenos guisos.... en fin que todo servía y ese día ademas se daban un atracón no solo a trabajar, que también, sino que había un poco más para llenar el buche.



Lo curioso es que las familias no tenían más cerdos de los que se podían comer.



Sólo críaban la cantidad justa para el año. Al igual que con las cabras, tenían las que con ellas les bastaba para poder desayunar con su leche.



Normalmente no sobraba nada, ni tenían cosas que no se utilizaran.




Me acuerdo que mi tía Mercedes tenía colgadas de las bombillas (cuando pudieron tener bombillas) unas cintas pringosas donde se quedaban pegadas las moscas.



Y el matamoscas me encantaba utilizarlo persiguiendo a las moscas por todos los lados.



Aquí podeis ver como se conservaban los pantalones de pana con los remiendos que las abuelas hacían para mantener la ropa en uso. La boina no podía faltar y en cuando se podía las escámaras del Ayuntamiento servían para tomar un poco el sol y charlar con los compadres un rato.

Yo me acuerdo que mi padre compraba medias suelas y una especie de punteras de hierro (como si fueran cascos de las bestias) para ponermelos en los zapatos y así mantenerlos durante mucho más tiempo.

Tenía hasta un pie de hierro donde clavetear y pegar las mediasuelas.

Entonces y hasta hace muy poco se conservaba todo, como hacen hoy en día en Cuba con Fidel Castro. En España hemos cambiado muchísimo las costumbres desde hace 30 años para "aca".
Me acuerdo que me compró una sola vez unos zapatos preciosos en Segarra cerca de la Puerta del Sol en Madrid,... pero esos zapatos ya los tuve puestos hasta que me fuí a hacer el bachillerato.

Se distinguian estupentamente a las autoridades del resto de la gente normal. y en los pueblos eran la Guardia Civil, el veterinario, el cura, el alcalde y el farmacéutico... estos cuatro últimos son los que se sentaban juntos para la partida de mus en el interior de la botica junto a la hoguera.

Ahora conocemos más al sinverguenza que a la persona caval y sensata que hace su trabajo de organización y desarrollo de la sociedad.

La televisión y la prensa rosa se encarga de ello.

1 comentario:

Conxa dijo...

he llegado aqui por casualidad y ¡ay que retroceso en mi memoria he hecho!

Me has llevado a mis primeros veranos en un pueblo de Castellon interior,cuando tendría unos 4 o 5 años.

Muy bonita vuestra entrada.
Saludos.

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