Está situado en un alto observando la vega del Tajuña y su castillo, las murallas, su casco viejo, las cuevas árabes de la plaza, la ermita románica de la Virgen de la Peña y muchas cosas más la hacen acojedora y preciosa a esta villa alcarreña.
Con mucha frecuencia vamos a comer, a pasear, a comprar... desde Budia. Atravesamos el pinar, bajamos a la vega del Tajuña y subimos a Brihuega en un pis-pas... está a unos 30 kilómetros de Budia.
Tiene un parque con muchísima sombra y solemos tomar allí el aperitivo en los días de verano, sentados en las mesas del quiosco.
Cuando queremos un tornillo, una bombilla, una lavadora.... o lo que sea nos acercamos a almacenes Caballero de Brihuega y allí lo encontramos.
Las verduras de sus huertas no tienen rival. Todavía puedes ver a los hortelanos vendiendo sus productos directamente en puestos por las esquinas de Brihuega. Aquí está elRegistro de la Propiedad, donde tenemos registrada la casa y las fincas de Budia. El mercadillo semanal que ponen en la plaza es espectacular... no olvidaros de pasar por el puesto de una persona de Peñalver que vende carameros de miel con hierbas, miel de todo tipo y cremas... merece la pena.
La fuente del lavadero es impresionante por la cantidad de chorros de agua que contínuamente manan. En el castillo han puesto el cementerio y es aconsejable su visita por las vistas a la vega tan espectaculares...
Sus alrededores por las murallas tienen un sabor añejo que enamora y te deja su tarjeta de visita para que vuelvas de nuevo.
Hay que esperar a que terminen la rehabilitación de la antigua fábrica de paños, para visitarlo, pero es un monumento muy preciado en el entorno.... y los jardines son un preciado monumento en la villa.
En una de nuestras visitas Carlos y Elvira si hicieron amigos de la concejal de cultura, que tiene una casa rural cerca de la plaza, bajando hacia la muralla.
Cuando querais entrar en las cuevas y estén cerradas, pasar por la carnicería de la plaza y el dueño os dejará entrar si teneis valor para pasear por sus laberintos sin guía.
Brihuega es un lugar en el que la historia castellana habla por doquier y dan conocimiento de la villa. Fue señorío de los Arzobispos de Toledo durante muchos siglos.
En el lugar que hoy ocupa Brihuega hubo poblados ibéricos desde muchos siglos antes de la Era cristiana. Fue lugar estimado por los reyes árabes de Toledo.
En su altura dominante del valle del río Tajuña, sobre la roca roja alzaron los árabes un castillo que fue alcazaba y núcleo guerrero y de vigilancia.
Los castellanos la conquistaron en el siglo XI,p asando a señorío de los arzobispo toledanos por donación de Alfonso VI en 1086.
Uno de sus obispos más celebrados, don Rodrigo Ximénez de Rada, concedió El Fuero que permitió a Brihuega crecer, tener feria y acoger un aumento notable de población.
La batalla de Brihuega y la siguiente de Villaviciosaocurridas en diciembre de 1710, como colofón de la Guerra de Sucesión que supuso la llegada de los Borbones al trono de España, supusieron destrozos y sufrimientos en Brihuega, pero también el orgullo de haber sido gracias a ellos que la nueva dinastía se afirmó en el trono hispano.
Tras muchos siglos de señorío arzobispal, el siglo XVIIIvió la emancipación de la villa y su auge industrial gracias al apoyo de los monarcas ilustrados. La política renovada de Fernando VI y Carlos IIIhizo que Brihuega tuviera una Fábrica de Paños que durante un siglo largo la dió prosperidad y fama.
Hoy es Brihuega un espacio definido, de progreso y tranquilidaddonde la agricultura sigue siendo principal recurso,y el turismo está tomando el relevo en la actividad general de los brihuegos
En Brihuega encontrará el viajero un sin fin de edificios, iglesias, castillo, murallas, fábrica y entornos urbanos de gran fuerza y belleza.Aunque merece este lugar una visita detenida,a ser posible con una buena guía en la mano,y con ganas de apreciar las huellas de un espléndido pasado.
El Castillo de la Peña Bermeja,oteando el valle, es una construcción de origen árabe,reformada por los arzobispos toledanos.Destacan sus fuertes muros, y la gran sala-capillade estilo gótico en la que techumbres y ventanalesjunto a borrosas pinturas mudéjaresle confieren gracia.
La iglesia de Santa María de la Peña es el templo mayor de la villa. Se trata de un edificio románico con detalles góticos,y en sus portadas, en sus capiteles, en sus bóvedas,se aprecian elementos medievales de gran belleza.
Es un edificio situado en el interior del amplio albacar o patio de armas del castillo.
La iglesia gótica de San Felipe es otro elemento de fuerza gótica y elegancia arquitectónica muy elevada. Sus navesparalelas y sobre todo el ábsidele dan un aire medieval muy puro y evocador. Además se puede ver la iglesia de San Miguel,de estilo gótico-mudéjar, en la salida hacia el valle del Tajuña.
La gran Fábrica de Paños se ofrece completa, y en ella destaca el edificio central, la Rotonda, de planta circular, con dos pisos en los que se secaban las lanas. Además puede admirarse su portada clasicista y sus maravillosos jardines versallescos, que ahora pueden visitarse sábados y domingos.
La Plaza Mayor o Coso es una de las más hermosas plazas de la Alcarria. En ella aparece el Ayuntamiento, la Cárcel antigua (hoy Biblioteca) las fuentes dieciochescas y algunos palacios, más un nivel de casas soportaladas.
Las puertas de entrada a la antigua muralla son elementosde la arquitectura medieval militar.Las puertas de Cozagón y de la Cadena ofrecen siluetas de fuerza evocadora. Quedan también importantes restos de la muralla que cercabay rodeaba por completo a la villa
La Fuente Blanquina o de los doce caños es otro precioso elemento patrimonial.No debe perderse el viajero un paseo por el Prado de Santa María, y otro por la Alameda de María Cristina. La calle de las Armas ofrece arquitectura típicay el palacio de los Gómez
En este pueblo tiene una casa Manu Leguineche en una plaza al lado de la muralla, junto a la ermita románica de la Virgen de la Peña....
Tiene un pequeño y amable jardín, que anuncia como si fuera con su pluma (será por eso) la brisa de septiembre, calabazas y un buen vino de Francia, que esconde en su pequeña bodega.
Amable el anfitrión, venciendo el pudor de aldeano vasco entre las gentes de esta Alcarria callada.
Mientras duerme Brihuega la resaca de las fiestas puedes verle a Manu con algún otro personaje de tronío hasta la madrugada, jugando al mus o paseando su barba (en esta foto está con Reverte).
Hace poco participó en un campeonato de mús, bajo el cielo de una alameda que a poco lleva su nombre. Fueron treinta y tantas parejas en certamen, la suya quedó quinta en la clasificación. Manu Leguineche, nacido en Guernica (Vizcaya) hace 58 años (2007), .... Y frente al campo, estrena el mundo cada mañana, como dijera el maestro Delibes.
Cualquier día puedes encontrarle y charlar un rato con él. Es un buen conversador.... Estoy esperando el momento para hacerle amigo también de mi tierra (Budia... le espero en la plaza España, 3). Además la propia villa, con sus aguas, ya te gana.
Para ir completando información sobre esta preciosa villa de Brihuega, os invito a leer el artículo que mi hermana Elvira Alfaro (famosa articulista viajera) publicará dentro de poco en una revista de Madrid, en la que describe este entorno. Se le nota que es "alcarreña". Tiene sangre y alegría en sus venas. Es una hermana como no hay ninguna. La quiero un montonazo. Espero os guste su descripción:
"... ESTA HERMOSA LOCALIDAD ALCARREÑA HAY QUE DESCUBRIRLA ATRAVESANDO UNA DE LAS PUERTAS DE LA MURALLA SITUADA EN UNO DE LOS LIENZOS QUE AUN QUEDAN EN PIE.. EL CASCO ANTIGUO DEPARARÁ SORPRESAS AL VISITANTE DE ESTA CIUDAD DONDE EL ARTE, LA HISTORIA Y EL AGUA SON LOS PRINCIPALES PROTAGONISTAS.
El valle del río Tajuña da pie al altozano sobre el que se asienta Brihuega, y ofrece una magnifica visión de la ciudad con la torre del castillo y las murallas que ajustan su perímetro como si de un cinturón de piedra se tratara, no dejando escapar de su perímetro las historias hermosas y terribles que guardan sus piedras centenarias.
Como la batalla librada por los brihuegos para apoyar a los borbones en la guerra de Sucesión, o más tarde cuando Carlos III hizo construir en Brihuega la Real Fábrica de Paños, que dio una gran importancia y riqueza a la ciudad.
Después de atravesar el parque de María Cristina, que ofrece la agradable sombra de sus árboles en verano y el alfombrado de sus hojas en otoño, penetramos en la ciudad por la Puerta almenada llamada de “la cadena” para encontrar al poco el templo románico-gótico de San Felipe, con una hermosa portada con arcos apuntados y un bello rosetón.
Continúa la calle bajando hacia la plaza Mayor para encontrarnos primero con una de las múltiples fuentes de Brihuega, se trata de la de los 12 caños, todos ellos soltando alegremente el precioso líquido. Hay tanta abundancia de agua que a la espalda de la fuente se abre otros tantos caños que surten de agua cristalina a los lavaderos, para a través de conducciones subterráneas derramar sus aguas monte abajo hasta las tierras de la vega, sirviendo para regar las múltiples huertas que cuidan los brihuegos.
Por fin encontramos la plaza Mayor, llamada el coso, donde se ubica el Ayuntamiento. La plaza cuenta con casas típicas de la zona que se adornan con aleros de madera coronando su altura. También cuenta con el edificio de la cárcel que mandó construir Carlos III y que hoy esta destinada a albergar la biblioteca municipal.
La plaza Mayor también se adorna con dos grandes fuentes y una curiosa cueva que se puede visitar y que entre sus múltiples recovecos y laberínticos pasadizos, guarda enormes tinajas donde se guardaba el vino que se producía en la zona. Cuenta el dueño de la cueva que todo el pueblo esta conectado por estos pasadizos que son muy antiguos, seguramente del tiempo de los moros, pero que cada vecino ha cerrado la parte que le corresponde.
Seguimos bajando, para llegar hasta la zona del castillo. Del edificio solo queda la torre. En el que fue el patio de armas, se encuentran dos capillas y la iglesia de Santa María de la Peña, que es la patrona de Brihuega.
Junto a ella un mirador sobre la vega del Tajuña nos hace ver el porque Brihuega es llamada el jardín de la Alcarria, ya que todo el espacio que abarca nuestra mirada está cubierto por un manto de diferentes tonalidades de verdes.
Fuera de la ciudad y dominando también la omnipresente vega, se encuentra la Real Fabrica de Paños del siglo XVIII, el imponente edificio de forma redonda, abre sus puertas con una gran fachada neoclásica que da acceso a un gran portalón. Todo el edificio esta en estado ruinoso, quedando intacta la fachada y los jardines que rodean la fábrica, que invitan al visitante a pasear por sus veredas o relajarse en las pequeñas glorietas que se adornan con delicadas fuentes.
Pasear por las calles de Brihuega, escuchar alguna de sus múltiples leyendas, leer parte de la historia que tuvo lugar en su comarca y disfrutar de las estupendas vistas sobre el valle del Tajuña, sin olvidar degustar la rica cocina alcarreña, son las cosas que deben hacerse cuando visitemos este jardín de la Alcarria, llamado Brihuega. TEXTO: Elvira Alfaro
1 comentario:
Me alegro mucho que te guste mi pueblo. Ademas en Budia tengo amigos y me parece un buen pueblo. Solo una cosa. Brihuega se escribe asi, y no Brigüega, pero bueno eso es lo de menos. Lo de mas es que te gusta cosa q me alegra.
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