Los orígenes de Buendía se remontan a tiempos muy lejanos; se tienen noticias de que por aquí anduvieron pueblos primitivos, Olcades, Luzones...
En la Sierra de Enmedio, entre la hoz que forma el río Guadiela y el Tajo, se sitúan los restos de la antigua ciudad de Recopolis del siglo VI.
Esta ciudad fue fundada por el rey visigodo Leovigildo para su hijo Recaredo, apocopada Recaredopolis, conocida cono Recópolis. Desde muy antiguo los vecinos de Buendia tenían conocimiento de ella, a pesar de que diferentes historiadores y arqueólogos la situaran en la zona de Zorita (también llamada Recópolis, siendo ambas una sola)
En el siglo X, el moro Rasis sitúa la ciudad entre Santaver y Zorita "lugar muy alto".
En el siglo X, el moro Rasis sitúa la ciudad entre Santaver y Zorita "lugar muy alto".
Ambrosio de Morales en su Crónica General de España (1577) ya hacía referencia, "situándola en un lugar llamado Almonacid en la junta de los ríos Tajo y Guadiela, en un sitio de los más altos y fuertes de los que se pueden hallar en España". En el siglo XVIII el padre Gabriel de Hernau señalaba el sitio, así como las relaciones topográficas que mandó hacer Felipe II.
Ya en el siglo XX fue estudiado el lugar por el académico de historia Juan Catalina García así como por el arqueólogo Juan Cabré, no viendo nada especial que les hiciera pensar de la existencia de tal ciudad.
Es posible que desecharan la idea por lo abrupto del terreno. (En tiempos visigodos el Tajo y el Guadiela iban encajonados también, pero no existía la presa de Bolarque, por lo que a través de un puente romano, hoy bajo las aguas, podían comunicarse)
La casualidad quiso que Emilio Villellas Casalduc, cazador de pro y escritor, oteando el lugar encontró a un lugareño de Buendia (el tío Toyos) y éste le indicó el lugar exacto, cual no sería la sorpresa al ver los restos de muralla, arcos, cimentaciones de casas, calzada, etc.
A lo largo de bastantes años ha continuado explorando y desenterrando muros, calzadas, puertas, contabilizando más de 108 casas, y después del lamentable incendio sufrido en julio de 2003, han quedado al descubierto bastantes más restos, así como una plaza de 35 m de diámetro, perfectamente empedrada, formando radios.
En la parte más baja, frente al embarcadero de Nueva Sierra, se encuentra la llanura de la Majana, donde se han encontrado diversos majanos formados por las piedras de la casas, desmanteladas con la invasión árabe, en este paraje estaba situada la zona noble, arriba, encima de la ermita de la Virgen de los Desamparados, la zona militar, cuarteles, etc. Los restos de murallas nos dicen que debieron tener entre 2,5 y 3,5 metros de altura por 4,5 m de ancho.
Buendia, por su ubicación, zona fronteriza de la Marca Media de Al-Andalus, estuvo sometida a frecuentes incursiones de los ejércitos castellanos, hasta que en 1085 fue conquistada esta zona por el Rey Alfonso VI, a la vez que, al casarse con la princesa Zaida hija del rey de Sevilla, recibió como dote las tierras de Uclés, Huete, Konka (Cuenca). Debido a la entrada de los almorávides y su rápida expansión, se perdieron estos terrenos tras las batallas de Sagrajas, Consuegra y Uclés, perdiendo no solo los terriorios de Cuenca sino también los reinos de Toledo y Valencia.
Es en 1171, cuando el 21 de septiembre el rey Alfonso VIII conquista Cuenca y todo su territorio, concediendo fueros y nuevas leyes para su repoblación, mediante los Comunes de Villa y Tierra.
Las tierras al Sur de la Alcarria Baja (terreno alto, raso y de poca hierba) eran adminsitradas por el común de Huete, y que poco a poco fueron adquiriendo la condición de villas, siendo una de ellas Buendia
El primer señor de Buendia y Azañon en 1397 fue Lope Vázquez de Acuña, rico-hombre del Consejo de Juan II, casado con Teresa Carrillo de Albornoz, Señora de Paredes, Portilla y Valtablado, sobrina de Gil Alvarez de Albornoz, (Carrillo) Cardenal de Toledo, fundador del colegio español en Bolonia.
En 1475 el rey Fernando el Católico instituyó el condado de Buendia a favor de Pedro de Acuña, en agradecimiento por los servicios prestados en la sucesión al trono de Isabel la Católica.
Estuvo rodeada por murallas, de cal y canto, revestida de sillares, y en el Norte una fortaleza del siglo XV, mandada construir por Pedro de Acuña Albornoz.
Estuvo rodeada por murallas, de cal y canto, revestida de sillares, y en el Norte una fortaleza del siglo XV, mandada construir por Pedro de Acuña Albornoz.
Cinco puertas daban acceso al recinto: Puerta Calzada, la del Castillo, camino del Convento (hoy cementerio), Calle Botica y camino de la Isabela (frontón).
En la actualidad tan solo quedan en pie Puerta Nueva, la del Castillo y la del Convento, así como los restos de los muros Norte y Este de la muralla y paramento Norte del castillo.
En 1578, mediante el custionario que mandó confeccionar Felipe II, ya se dice que tenía 900 vecinos (4 ó 5 mil habitantes. Tuvo molinos harineros, y de aceite, ganados lanar y vacuno, así como unos baños termales que, al construirse el embalse, quedaron bajo las aguas.
En la actualidad se ha reconstruido una de las puetas que daban acceso al recinto, la puerta de la calle de la botica, de la cual solo quedaban unos pocos restos.
El lugar por excelencia es la "Plaza Mayor-Ayuntamiento-Iglesia", porticada.
La Iglesia Parroquial de Ntra. Sra. de la Asunción con una superficie de 1.000 m2, de los siglos XV y XVI, totalmente de sillería, con ventanas abocinadas, dos portadas estilo herreriano y una impresionante torre maciza de cuatro cuerpos con zócalo. Consta de tres naves de estilo gótico con columnas cilíndricas, arrancando el haz de nervios en forma de palmera. Junto a la sacristía tres capillas laterales, más otra en el muro de entrada. El coro es de rejería de madera policromada.
El Ayuntamiento se encuentra situado frente a la Iglesia, de dos plantas, porticada la planta baja.
Uno de los edificios más antiguos es El Pósito o La Tercia, fechado en el siglo XV, destinado, como su nombre indica, a deposito de grano y lugar donde se pagaba el diezmo o tercia. Es de sillarejo con cornisa moldurada y la puerta de acceso con arco de medio punto abovedado; en la planta alta se conserva el artesonado de madera, sus paredes de mampostería, con ventanas y "troneras". En la actualidad alberga el museo del Carro y la Casa de la Cultura.
El Museo del Carro está compuesto por piezas donadas y otras compradas por el Ayuntamiento, habiendo sido restauradas por gente del pueblo.
Tuvo varios conventos, hospital, etc, quedando tan solo un paredón en el actual cementerio, franciscano.
A la entrada del mismo se encuentran las antiguas bodegas "Cerro de la Fuente", así como la fuente donde se recogía el agua. Tuvo antaño cantidad de manantiales, pero bien por la sequía o por las aguas del embalse prácticamente se han secado casi todas.
Tiene este pueblo bonitos y tranquilos alrededores:
La ruta de las caras, llamada así por la cantidad de esculturas talladas en roca, algunas de más de cuatro metros, duendecillos, vírgenes, damas, etc... Ideal para precticar senderismo.
Otro lugar de arraigo y devoción popular es el sitio de la Virgen la ermita de Ntra. Sra. de los Desamparados, a doce kilómetros del pueblo, al final de la hoz del río Guadiela. Fue levantada en los siglos XVI y XVII, en el paraje sierra de Enmedio, a orillas del Guadiela. Era conocido este lugar como el molino de Bolarque, de origen árabe, siendo durante años motivo de disputa entre los Lara y los Castro. El Rey Alfonso VIII sancionó la propiedad. Antiguamente era sitio donde los buendieros iban a pasar algunos días de descanso, existiendo casas de la Hermandad de la Virgen, donde familias enteras se hospedaban; en la actualidad tan solo queda la casa del santero, la fuente, patio y ermita, pues las aguas de Bolarque inundaron toda la vega y chopera.
Es en esta ermita donde la Virgen de los Desamparados permanece ocho meses al año, siendo subida en romería el segundo sábado de mayo, permaneciendo en la Iglesia Parroquial cuatro meses. En septiembre es bajada de nuevo en romería.
Hay una leyenda que hace referencia al nombre del pueblo: "En época de reconquista estos territorios hacían de frontera, en una escaramuza entre moros y cristianos, siendo más numerosas las huestes moras, y viendo el capitán cristiano próxima la derrota, se encomendó a la Virgen, como sus tropas estaban maltrechas, les arengó, dándoles ánimo para continuar, al final del día la victoria cayó sobre bando cristiano, y éste, de rodillas, dando gracias a la Virgen, se dirigió a sus soldados diciéndoles "Soldados buen día hemos hechado hoy...", desde entonces cambió el nombre de Fuentesauco a Buendia.
No hay nada escrito sobre esto, pero todos los buendieros conocen esta historia. Existe todavía un manantial llamado Fuente del Sauco. En la actualidad se ha recuperado, tras 52 años de olvido, "La entrada de Moros y Cristianos", el segundo domingo de Mayo, en la procesión, haciendo referencia a la leyenda.
Si teneis oportunidad y ganas de dar un paseo, a orillas del pantano de Buendía encontramos la mencionada Ruta de las Caras, llamada así por la cantidad de esculturas, de diferentes formas, que se encuentran talladas en la roca caliza.
La Ruta es un lugar perfecto para practicar senderismo a la vez que se contemplan estas singulares obras de arte.
Buendía cuenta con innumerables atractivos, como hemos comentado, pero entre ellos, el Museo del Carro también será seguro que interesante hacerle una visita y como nó a los alrededores del río Guadiela con la Ermita de Nuestra Señora de los Desamparados y el pantano de Buendía, donde se practican diversos deportes acuáticos.
Pertenece a Cuenca, provincia de parajes emblemáticos, muchos de los cuales se encuentran recogidos en esta página y otros se pueden visitar a través de los enlaces que aparecen en ella.
Los artistas de la ruta conocedores de las esculturas en piedra caliza de otros artistas y otras culturas, pronto supieron dar a sus esculturas un toque personal distintivo dando de lleno en lo más profundo y arcaico del ser humano.
Comenzaron a esculpir la piedra inspirándose en las culturas precolombinas, pero continuaron sus sólidas y redondeadas esculturas compartiendo la característica posición frontal de los modelos orientales particularmente de la India.
Estas esculturas reflejan en sus rostros lo que algunos denominan la sonrisa arcaica, empleada por los artistas como un artificio que da a los rostros un rasgo muy característico.
1 comentario:
Enhorabuena por tu blog, está super currado y con unas fotos magnificas, mucha suerte.
Estoy realizando un blog sobre mi pueblo y la sierra de Cazorla y deseo compartirlo con todos vosotros.
Si no os importa echarle un vistazo y me comentáis.
La dirección es la siguiente:
http://panoramicacazorlense.blogspot.com/
Un saludo.
Abraham
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