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Berninches, "torreón árabe"

Berninches está escondido en un pequeño valle antes de llegar a Sacedón y en su alto se divisa un torreón árabe que siempre que voy a mi pueblo (Budia) saludándome con su base altiva y solitaria, en medio de sus campos de la alcarria.

Esta zona fue posesión de la Orden de Calatrava ,... de hecho Berninches tiene recuerdos y señas de identidad aquella época en los restos que hoy en día se conservan.

Cerca del pueblo existía una pequeña aldea con su ermita que fue despoblado en 1391 por efecto de la Gran Peste de 1346. Ese pueblo con su ermita, se denominaba "la Golosa"·
Situada en lo alto de una loma al sur de Berninches, en la parte alta del arroyo de la Golosa, tuvo una iglesia de estilo románico que se conserva excepto techo y ábside.

Fue usada al menos hasta el siglo XVIII. La Golosa fue fuente de material de construcción para los pueblos vecinos. El ábside entero y una segunda puerta aún existían al comenzar el siglo XX.

Hoy es Nuestra Señora del Collado la patrona de Berninches
Esta ermita de Nuestra Señora del Collado (Collado, como indicaremos posteriormente fué más importante que Berninches y de hecho así consta en los legajos de aquellos tiempos). Se encuentra al final de el ancho valle formado por el río Arlés en su orilla derecha y al sur del caserío.

El camino, de unos seis kilómetros, desde el actual Berninches es ancho y está bien cuidado, y parte desde el mismo pueblo pasando muy cerca de la ermita de la Virgen de la Soledad. También se puede llegar desde la nueva carretera N-320, en la salida "Berninches".

El edificio primitivo fue mandado edificar por los calatravos entre los siglos XIII y XIV; destacando la puerta principal de acceso al interior del edificio, sobre el muro sur, y formada por un gran arco apuntado con arquivoltas de arista viva; así como otra puerta más pequeña, en el muro norte, también de arco apuntado.

Sobre el muro de levante se alza un ábside semicircular con ventanal. (es muy parecido al de los restos de la Golosa). Hoy en día la ermita está muy buen cuidada por la hermandad que de ella se ocupa.

La romería principal tiene lugar el último domingo de mayo y a ella asisten todos los lugareños. La fiesta se celebra el día 8 de septiembre con grandes fiestas y toros.

Por tanto, desde la época de la reconquista, perteneció este pequeño lugarBerninches, que en sus inicios fue simple alquería o caserío, a la Orden Militar de Calatrava. Cuando en 1199 el papa Inocencio III creaba esta orden, Berninches y el Collado ya figuraban entre sus pertenencias, que en esta comarca tenía su más fuerte enclave en el Castillo de Zorita.

Fue el Collado el lugar de más importancia en la antigüedad, pues en su caserío breve descollaba una iglesia de alto campanario y una casa-fuerte para el comendador.

Junto al Collado fueron creciendo los poblados de Berninches y la Golosa. De este último enclave ya nada queda sino escuetas ruinas de antigua iglesia románica, sobre la meseta alcarreña. Se sabe que una peste terrible, en los finales del siglo XIV, la dejó reducida a tan solo cuatro habitantes, que se bajaron a vivir a Berninches.

Este pueblo fue paulatinamente creciendo bajo el señorío y cuidados de los comendadores del Collado, y de la Orden de Calatrava. Aun cuando en el siglo XVI las órdenes militares pasaron a depender de la Corona, los títulos de encomiendas se siguieron otorgando, y así desde ese siglo vemos a altos personajes y nobles de la corte exhibiendo, ya juntos, los títulos de comendador del Collado y de Auñón.

Uno de los que lo tuvieron fue el mayorazgo de los Guzmán de Guadalajara. A finales del siglo XV o principios del XVI, Berninches consiguió el título de Villa por sí, con jurisdicción propia, aunque siguió en el señorío, a efectos de vasallaje e impuestos, de los maestres y comendadores de Calatrava. En 1472, el rey Felipe II, que ya había enajenado de órdenes militares y místicas grandes tierras y posesiones, vendió la villa de Berninches (y la de Auñón) a su tesorero general, a la sazón marqués de Valdaracete, don Melchor de Herrera. Poco después le concedió el título de marqués de Auñón, que ya quedó en posesión de la familia Herrera.

La posesión del Collado, prácticamente en ruina total durante el siglo XVI, fue adquirida entonces por don Pedro Franqueza. Pero estas posesiones fueron traspasadas, en 1614, a don Luis de Velasco, marqués de Salinas y presidente del Real Consejo, en cuya familia, y mayorazgo que fundó tres años después, quedó todo este territorio, -Berninches y su término- hasta la abolición de los señoríos en el siglo XIX.

Sus señores cobraban las tercias y alcabalas, ostentando el señorío; ponían alcaldes, regidores y alguacil el día de San Miguel de cada año, durando el cargo hasta el año siguiente.Tiene Berninches un aspecto encantador, con muy cuestudas callejas de irregular trazado, en las que destacan algunos ejemplares notables de arquitectura popular típica de la comarca alcarreña. Rematando por el norte la gran plaza mayor, destaca la iglesia parroquial, dedicada a la Asunción de María.

Es obra del siglo XVI en su segunda mitad, quizá iniciada a instancias y con ayuda de su señor, el tesorero real Herrera.

De fuerte mampostería de piedra caliza, en muchos lugares, especialmente basamentos, esquinas y torres, utiliza el sillar bien labrado.

Se asciende hasta el descubierto atrio que la precede, por una escalinata de triple tramo desde la plaza mayor. La portada está orientada al sur, y muestra un empaque de severo clasicismo, con pilastras semicilíndricas adosadas, sobre pedestales, y rematando en friso abultado y moldurado con profusión.

El interior es de tres naves, separadas por gruesos pilastrones con resaltes de ornamentación plateresca, que se unen por arcos semicirculares también decorados.

A los pies del templo se alza el coro alto, que apoya sobre un artesonado del siglo XVI de tradición mudéjar, cobijando bajo él la pila bautismal, románica, que dice procede de la Golosa.

El fondo de la nave mayor, sobre el muro del poco profundo presbiterio, se alza el gran retablo mayor, obra sencilla del siglo XVII, con un gran lienzo en su centro representando la Asunción de la Virgen, y a sus lados sendas tallas de San Pedro y San Pablo, rematando todo el conjunto con un buen Calvario de talla.


Entre los otros altarcillos barrocos del templo, destaca el del cristo de la Agonía, obra barroca de generosa decoración, sin dorar, mostrando columnas y frisos cuajados de pámpanos y rosetas, y arriba un ancho mascarón en que se ve tallado a Dios Padre.

Una leyenda dice que fueron don Juan Fernández Ropero Salzedo y doña Catalina Ramiro y Calahorra su mujer, en 1728, los que sufragaron la realización de este altar. Nada mas ha quedado, de obras de arte o archivo, en esta iglesia.

Es de gran interés en su término el del Collado, hoy casi devastado por el nuevo trazado de la Carretera de Cuenca. Se encuentra en la orilla derecha del río Arlés, entre Berninches y Alhóndiga, en una anchurosa explanada, donde llega la rambla de la Golosa, y entre antiquísimos nogales: allí se alza la iglesia que mandaron construir los caballeros calatravos en el siglo XIII o quizás en el siguiente.

Sus muros están aún en pie, y en ellos destaca la puerta principal de acceso, al sur, formada de gran arco apuntado con archivoltas de arista viva, así como otra puerta más pequeña, en el muro norte, también formada por arco apuntado orlado de dentellones. E

n este muro norte hay tres fuertes botareles que sustentan la masa pétrea, y en poniente y sur se abren algunos ventanales aspillerados, semicirculares.

A levante se muestra el ábside semicircular, también con buen ventanal de arco abocinado en su centro, con alero de piedra sujeto por modillones lobulados y de arista. El interior es de una sola nave, con techumbre de bóvedas nervadas.

El acceso al presbiterio se hace por gran arco triunfal, semicircular, apoyado en sendos capiteles de tema vegetal, y el ábside al fondo se cubre por bóveda de cuarto de esfera.

Un pequeño retablo en el que luce una hermosa imagen tallada y policromada de Santiago ?matamoros?, obra de comienzos del siglo XVII, preside aún este templo. Junto a él se levanta la reconstrucción, obra del XVIII, del palacio o alquería de la Encomienda del Collado.
Os publico como remate de este artículo, un comentario de "la hija de Rufino" del 20 de noviembre del 2006, encontrado en Internet, que relata con mucho cariño como es su pueblo y dice así:
"La Villa de Berninches, es un pueblo con mucho encanto, y para los que somos de aquí, es único. Os animo a que os tomeis la molestia de entrar y no paseis de largo. Cuando vas llegando se ve a lo lejos, como suspendido a media ladera, con sus casas mezcla de cal y piedra. Despues de una empinada cuesta se alza majestuosa la Iglesia de La Asunción, de origen románico (no dejeis de visitarla, merece la pena); ésta junto con El Ayuntamiento y la preciosa plaza, son el punto de encuentro de toda la vecindad, que se ve desbordada en las fiestas del 8 de Septiembre en honor a la patrona, La Virgen del Collado. Haced una paradita en el Bar de Lucio, en la misma plaza, y preguntadle por La Tahona del Sr. Hilario (hoy regentada por sus hijos Mila y Clemente), donde podréis degustar un pan recien hecho y unos deliciosos mantecados. Esta es tierra de gentes humildes pero muy hospitalaria, perded unos minutos de vuestro tiempo hablando con Leonardo, un nonagenario que guarda en sus arrugas y en sus manos toda la grandeza de esta Villa. "
En la primavera del 2009, me acerqué a fotografiar el retablo de la Virgen de la Asunción en la iglesia de Berninches, ya que el conservador de pintura española del museo del Hermitage, me escribió un email al ver este artículo sobre Berninches, preguntando se le podía enviar unas fotos de esa pintura para un trabajo que estaba realizando sobre pintura española del siglo XVII. ^Para facilitarle su análisis y si deseais cualquier navegante ver esas pinturas de esta iglesia, pulsar el vínculo siguiente:
Me permitió entrar la hija de Pepa y José, que custodian las llaves de esta iglesia. Como curiosidad os comento que en el pueblo no encontré a nadie que tuviera alguna imagen de la Virgen de la Asunción, ... y el motivo es que la patrona de Berninches es la Virgen del Collado por la que tienen mucha devoción y está en la ermita de la entrada al pueblo. La Virgen de la Asunción da nombre a la iglesia principal del pueblo, pero no es la patrona de Berninches.
Desde aquí les agradezco a Pepa y a su hija la amabilidad y sonrisas que me entregaron ante mi petición para que me permitieran pasar a fotografiar estas imágenes de la iglesia.
 
 
nota: como complemento a este apartado sobre Berninches, os publico un enlace con otro blog de un paisano con muchísimas cosas que contar y que la historia es parte de su piel y de su corazón... (seguro os gustará seguirle y navegar con él)...
 

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